Elaborado por: Karla María Galdámez Castaneda. Maestría en Integración Centroamericana y Desarrollo.

Sueños, Necesidades y Realidades. Agotamiento de los recursos…

…Tú tienes nuestros hogares queridos, fértiles campiñas, ríos majestuosos, Soberbios volcanes, apacibles lagos, cielos de púrpura y oro… (Fragmento de la Oración a la Bandera Salvadoreña[1])

Desde la concepción romántica de la Patria Salvadoreña se vislumbra la conexión directa entre el ser humano y la naturaleza, la importancia de medio ambiente es indispensable para el desarrollo humano de los individuos y las sociedades. El Salvador se caracteriza por ser el país más pequeño (20,742 kilómetros cuadrados) y el más densamente poblado de toda Centroamérica, según la Dirección General de Estadísticas y Censos de El Salvador (2007), la densidad poblacional es de 273 personas por kilómetro cuadrado, con una población de 5,744,113 (2,719, 371 hombres y 3,024,742 mujeres) habitantes según el último censo. Lo que implica una presión a los recursos naturales que sobrepasa su capacidad.

Aunado a lo anterior, El Salvador ─como sucede en la mayoría de los países de Centroamérica─, es un país que ha crecido desordenadamente, con cambios radicales en el uso del suelo modificando o destruyendo hábitats naturales; conforme al segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá (2003) citando el informe de la CCAD (2000) señala que en el 50% del territorio existen tierras con capacidad de uso VII[2] y VIII[3] se encuentran en mayoría degradadas, caracterizado además por la explotación intensiva, débil institucionalidad, concentración de la población en el área metropolitana, La contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por actividades de carácter urbano, entre otros.

El agotamiento o la degradación de varios recursos naturales en El Salvador limitan el desarrollo humano de sus habitantes, por lo que no es permisible ni sostenible el manejo irresponsable ni mucho menos el laxo control del Estado. 

El 5 de mayo de 2016, acaeció un derrame en volumen estimado de 19 toneladas de melaza[4] en el rio Magdalena, ocasionado por uno de los ingenios cañeros más importantes del país (por las divisas que genera y por el empleo directo e indirecto del subsector productivo caña de azúcar), afectando los recursos naturales (especialmente biodiversidad, 29 especies entre ellas el Pez Machorra o Pez Lagarto, considerado especie en peligro de extinción) y medios de vida en 80 kilómetros de ecosistema fluvial; el valúo inicial del daño estimado por el Ministerio de Medio Ambiente (MARN) asciende a 4.9 millones de dólares. Situación que ha sido considerada como emergencia ambiental (como pocas veces) accionando los instrumentos legales nacionales para su atención, procesamiento, sanción y recuperación.

A pesar de lo anterior, dicha “emergencia ambiental” pudo ser evitada si el Estado realizara un control adecuado cumpliendo su deber de proteger, conservar y regular el aprovechamiento racional de los recursos naturales, así como la integridad del medio conforme al artículo 117 de la Constitución; simultáneamente los “responsables” son actores con recursos financieros y capacidad técnica para haber adoptado una posición responsable y respetuosa del medio ambiente, transformando sus procesos productivos.

Asimismo, es necesario reconocer también que el manejo de la “emergencia ambiental” ha demostrado los resultados e incidencia del trabajo realizado por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), quien ha fortalecido las capacidades del Ministerio de Medio Ambiente de El Salvador, en el marco de la implementación de la línea estratégica de Prevención y Control de la Contaminación Ambiental del Plan Ambiental de la Región Centroamericana (PARCA).

La gente necesita aire limpio para respirar, agua limpia para beber, alimentos saludables para comer, energía para producir y transportar bienes, y recursos naturales que provean las materias primas para todos esos servicios. (PNUMA, 2012)

Para lograr esos objetivos es indispensable que en las agendas nacionales los gobernantes, ciudadanos, empresarios asuman el concepto de Desarrollo Sostenible, el cual fue desarrollado en la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES): 

“Desarrollo sostenible es un proceso de cambio progresivo en la calidad de vida del ser humano, que lo coloca como centro y sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con equidad social y la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo y que se sustenta en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la región. Este proceso implica el respeto a la diversidad étnica y cultural regional, nacional y local, así como el fortalecimiento y la plena participación ciudadana, en convivencia pacífica y en armonía con la naturaleza, sin comprometer y garantizando la calidad de vida de las generaciones futuras”.

Finalmente, se requiere buscar el equilibrio entre las necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo económico y el desarrollo social; adoptando al medio ambiente como un bien público global (AECID[5], 2016). La AECID ​​considera además:  “que el medio ambiente y el desarrollo están unidos: nuestra supervivencia depende de que los ecosistemas sean respetados, por ser fuente de bienes y servicios insustituibles.” Además aborda el medioambiente insistiendo en la importancia del enfoque regional, el fortalecimiento institucional y la priorización de la transversalización, para incorporarlo en todas las acciones de desarrollo.

Elaborado por Karla María Galdámez Castaneda. Maestría en Integración Centroamericana y Desarrollo.

Referencias Bibliográficas

AECID. (s.f). Medio Ambiente y Cambio Climático. Recuperado: http://www.aecid.es/ES/sectores-de-cooperaci%C3%B3n/medio-ambiente-y-cambio-clim%C3%A1tico

AECID. (2016). Compromisos de la AECID con el Medio Ambiente. Recuperado: http://www.aecid.org.sv/compromisos-de-la-aecid-con-el-medio-ambiente/

Asamblea Legislativa de El Salvador. (2001). Decreto No. 308. Ley de Símbolos Patrios. Diario Oficial No. 47, Tomo 350, del 6 de marzo de 2001. El Salvador. Recuperado: http://www.asamblea.gob.sv/eparlamento/indice-legislativo/buscador-de-documentos-legislativos/ley-de-simbolos-patrios

Asamblea Constituyente. (1983). Decreto No. 38.Constitución de la República de El Salvador. Diario Oficial No. 234, Tomo 281, del 16 de diciembre de 1983. El Salvador.

CCAD. Plan Ambiental para Centroamérica. PARCA. Recuperado: http://era-mx.org/biblio/PARCA.pdf

Dirección General de Estadísticas y Censos de El Salvador. (2007). Censo de población y Vivienda 2007. Densidad Poblacional. Recuperado: file:///C:/Users/KarlaGaldamez/Downloads/03_Densidad_Poblacional.pdf

Estado de la Región. (2003). Segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá. Recuperado: http://www.estadonacion.or.cr/files/biblioteca_virtual/centroamerica/002/DH2003Cap5-region02.pdf

Klingebiel & Montgomery (1961). Clases de capacidad de usos del USDA. USDA. Recuperado: http://www.cebra.com.uy/renare/media/Clases-de-Capacidad-de-Uso-del-USDA-.pdf

MARN. (2016). Informe emergencia ambiental La Magdalena. Recuperado: http://www.marn.gob.sv/destacadocp/la-magdalena/

PNUMA. (2012). GEO 5 Perspectivas del medio ambiente mundial. Medio Ambiente para el futuro que queremos. Recuperado: http://www.pnuma.org/geo/geo5/GEO%205%20ESPANOL%202013%20WEB.pdf

SICA. (1994). Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible. Recuperado: http://www.sica.int/consulta/documento.aspx?idn=94463&idm=1&amp&idEnt=2

---

[1] Segunda estrofa de la Oración a la Bandera Salvadoreña, escrita por David J. Guzmán en 1916; e incluyéndose como símbolo patrio en el año 2001, mediante el Decreto Legislativo No. 308, publicado en el Diario Oficial No. 47, Tomo 350, de fecha 6 de marzo de 2001.

[2] Suelos clase VII son aquellos con limitaciones muy severas que los hacen no aptos para cultivos y restringen su uso a la producción de pastos o árboles o vida silvestre, caracterizados por pendientes muy pronunciadas, erosionados, superficiales y pedregocidad.

[3] Suelos clase VIII son aquellos con limitaciones tales que únicamente pueden ser utilizados para recreación o vida silvestre o abastecimiento de agua o propósitos estéticos, caracterizados por estar erosionados, excesivamente húmedos, pedregosidad y baja capacidad de retención de humedad.

[4] La melaza de caña es el resultado de cocer el jugo de la caña de azúcar, cuyo proceso ayuda a que se evapore el agua y se concentren en ella los distintos azúcares naturales de la fruta. http://www.natursan.net/que-es-la-melaza-de-cana/

[5] Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.