miércoles, 8 de junio de 2016

Incremento Inusual de Eventos Catastróficos en la Región, Preguntas y Respuestas.

La Predisposición del Ser Humano al Riesgo

Por: Marbella A. Ramírez G. / 08 de junio de 2016
 

Incremento Inusual de Eventos Catastróficos en la Región y las preguntas:


 ¿Estos eventos se deben a la ocurrencia de fenómenos físicos?  O ¿Se deben a la dinámica de las sociedades?


 
Centroamérica ocupa una posición geográfica privilegiada que permite que  exista una numerosa y extraordinaria variedad de formas de vida, es una región rica en biodiversidad y en ecosistemas. Pero también es  cierto que es una zona vulnerable a sufrir  el efecto de distintos fenómenos naturales debido a su ubicación, pues  entre otros detalles es un puente entre las Américas, está ubicada entre dos océanos y existe una división de su territorio por una extensa cadena montañosa. Hay una serie de fenómenos físicos que pueden provocar eventos catastróficos en la región, tales como huracanes, lluvias intensas, erupciones volcánicas, deslaves, incendios, entre otros.

Según lo anterior, podría considerarse que la ocurrencia de fenómenos físicos podría ser la causa de un incremento en la ocurrencia de eventos catastróficos en la región, sin embargo la respuesta que da el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en Centro América -CEPREDENAC-,  es que “no” es así, más bien afirman que este aumento mantiene vínculos con la dinámica de construcción en nuestras sociedades, que propicia:

  • La concentración en zonas de riesgo de grupos sociales muy vulnerables con una baja capacidad económica para absorber el impacto de los desastres y recuperarse de sus efectos;
  • El inapropiado uso de la tierra y los asentamientos humanos en áreas propensas a amenazas como laderas de ríos y humedales, combinado con condiciones de vida, frágiles e inseguras, con escasa infraestructura social y de servicios;
  • El empobrecimiento de las zonas rurales y el incremento progresivo de los niveles de amenaza a través de los procesos de degradación ambiental; y
  • Una débil capacidad de reducción y gestión del riesgo dentro de los procesos desarrollo, por parte de instituciones públicas y privadas, y de los gobiernos nacionales y locales.

Además de esto, hay un factor adicional que condiciona la ocurrencia de desastres y es el “empobrecimiento rural” que caracteriza a importantes franjas de la población centroamericana, cuyas condiciones de vida se han visto deterioradas y dependen de complejas estrategias de subsistencia como la emigración estacional.

Podría decirse entonces que aun cuando muchas amenazas están en la dinámica natural de la región, que por sus características particulares potencian la ocurrencia de  eventos físicos que pueden llegar a ser dañinos y hasta catastróficos, son finalmente las condiciones sociales, económicas y de política y administración las que determinan las condiciones de daño y perdida.

La madre naturaleza y el globo terráqueo en general no es que estén siendo más peligrosos “per se”, al parecer son las formas en que la sociedad se organiza y el modo en que la población crece lo que está exponencialmente potenciando la ocurrencia de eventos catastróficos, o sea que es la “apropiación humana del ambiente” lo que se convierte incrementalmente en una amenaza.  En palabras de (Lavell, 1996), hay amenazas que se han catalogado como “socio naturales” y ligan directamente la problemática de los desastres con la degradación ambiental.

Lo anterior nos pone de cara a referirnos a dos situaciones:

La “amenaza”, que se refiere a la posibilidad de que un fenómeno físico se convierta en realidad y que provoque daños a la sociedad y la situación de “vulnerabilidad”, que es la predisposición por una serie de motivos que disponen a que la sociedad sufra daños e impactos frente a un efecto físico, y que además de lo sufrido también se dificulte su capacidad de recuperación o de resiliencia es decir: capacidad,    mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había  estado sometido.

¿Qué podemos hacer al respecto? por un lado tener  una “buena gestión de riesgo” ante los desastres en la región ocasionados por eventos físicos (huracanes, lluvias intensas, erupciones volcánicas, deslaves, incendios, etc.) sin perder de vista que es necesario a su vez promover la generación del conocimiento social respecto a la naturaleza y que de ahí se deriva la necesidad de una “construcción social de riesgo”.

Afortunadamente hay mecanismos de prevención  en la región en este contexto, el  Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en Centro América -CEPREDENAC-, institución regional que forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana -SICA- que tiene el propósito de fortalecer las capacidades nacionales y del istmo para la gestión del riesgo ante desastres en la región.

También, en junio de 2010, los Presidentes de los países centroamericanos mostraron su sensibilidad sobre la temática de la gestión integral de riesgo con la aprobación de la Política Centroamericana de Gestión Integral de Riesgo de Desastres, que cuenta con cinco ejes articuladores que definen las prioridades en materia de gestión integral de riesgo en Centroamérica para contribuir a reducir la vulnerabilidad.

Considero que esta instancia debe reforzar la prevención y el manejo de riesgo con la sociedad, de forma que efectivamente, haya también una “construcción social del riesgo”. Cada ser humano considerado centroamericano debe tener el conocimiento y la conciencia respecto al medio ambiente y debe prevenir desde su individualidad el que se den desastres que desangren a la región.  

Todo centroamericano consiente es vital para el futuro ambiental de la región centroamericana!

 
 
Referencia:
Estado de la Región (2003). Segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá. En http://www.estadonacion.or.cr/files/biblioteca_virtual/centroamerica/002/DH2003Cap5-region02.pdf

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Buenos días Marbella,

    Coincido con tu planteamiento sobre la falta de ordenamiento territorial y mecanismos de gestión del riesgo como los principales causantes de que los eventos catastróficos estén teniendo mayores impactos (negativos) en la región.

    Añadiría a tu planteamiento que, con la temperatura del planeta subiendo a causa del cambio climático, es muy probable que en el futuro los eventos climáticos extremos si aumenten su frecuencia y también su magnitud.

    Ante ello, y creo que lo aclaras muy bien, la región centroamericana, sus Estados y sus habitantes tienen la fundamental tarea de crear una cultura de prevención que mejore la resiliencia de las comunidades, así como su capacidad de respuesta y recuperación ante las crisis.

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    1. Hola Catalina, gracias por comentar.

      Efectivamente hay eventos físicos inevitables y que seguramente aumentaran tanto en frecuencia como en magnitud, estos dos indicadores deben de ir de la mano con las acciones humanas que permitan que los daños humanos y materiales sean menores, ya no solo desde el punto de la prevención, porque hemos deteriorado suficiente el sistema y hay cuestiones irreversibles, sino desde el punto de la acción para prepararnos al devenir.

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