domingo, 12 de junio de 2016

El cambio climático y sus efectos en la agricultura y seguridad alimentaria               

Es de conocimiento general las declaraciones de que la región centroamericana es una de las más afectadas por las consecuencias generadas del cambio climático, siendo definida como un territorio vulnerables y con poblaciones frágiles. “Donde la amenaza de los fenómenos naturales es permanente, los desastres son recurrentes y el riesgo está ahí”, sostiene el 2do informe de Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá del año 2003, definición que a pesar de haber pasado más de una década se mantiene vigente. Es importante destacar que los fenómenos naturales no distinguen fronteras, es por ello que se vuelve fundamental el enfrentar esta problemática desde una visión regional con enfoque en la gestión del riesgo basada en la identificación y evaluación de los daños, insumos clave en la promoción de una verdadera reconstrucción, y no una mera restauración del escenario para el próximo desastre.
Estos desastres están asociados a los cambios que se han ido acelerando a través de la intervención humana de forma directa e indirectamente sobre la composición de la atmosfera a nivel mundial a lo que se suma la variabilidad natural del clima durante periodos de tiempos comparables, a esto llamamos cambio climático. (Córdoba, 2011)
Estos cambios producen efectos en el aumento de las temperaturas medias mundiales, aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos extremos, cambio gradual en las precipitaciones, mayor inestabilidad en las configuraciones climáticas estacionales, aumento en el nivel del mar. Lo que finalmente repercute en las actividades humanas y especialmente en las poblaciones vulnerables. Especialmente en las que dependen directa e indirectamente de la agricultura como un medio de subsistencia, lo que a su vez genera inseguridad alimentaria en la región centroamericana.
El sector agropecuario es extremadamente vulnerable a la variabilidad climática. Algunos de los impactos más relevantes son las alteraciones en la precipitación, que modifican los periodos de cosecha y siembra, así como aumentos en la temperatura, que propician la propagación de plagas y enfermedades en los cultivos (Nelson et al., 2009). Esta situación pone en riesgo la seguridad alimentaria del 52% de la población rural de la región que depende de cultivos como el maíz y el frijol, en su mayoría sistemas en secano y por lo tanto que son altamente sensibles a la variabilidad climática (Ver Figura 1) (Baumeister, 2010; RUTA et al., 2012).



El CAC (conformado por representantes de los Ministerios de Agricultura de la región) y CCAFS desarrollan una agenda conjunta en la que buscan el fortalecimiento de la región en términos institucionales, científicos y de gestión del riesgo climático en el sector agrícola con miras a la reducción de la inseguridad alimentaria de la población centroamericana.
Para 2008, en la Reunión Extraordinaria de Presidentes y Jefes de Estado de los países del SICA sobre Cambio Climático, conocida como “Declaración de San Pedro Sula”, los presidentes aprueban los “Lineamientos de la Estrategia Regional de Cambio Climático”. La declaración reconoce que ante los efectos o impactos del cambio climático y variabilidad climática que afectarán a la región en su conjunto es urgente tomar medidas articuladas y coordinadas que expresen la voluntad política y el interés de los gobiernos de la región por trabajar unidos fortaleciendo el proceso de integración tanto en el ámbito de atención a las vulnerabilidades y los impactos comunes derivados de los crecientes fenómenos climáticos, como también; aunando y complementando esfuerzos y sinergias frente a las estrategias de adaptación necesarias ante la amenaza climática y de manera especial, mandata a realizar un trabajo conjunto en el campo de las negociaciones mundiales sobre el tema.
Para julio 2010, en la reunión Extraordinaria de Presidentes y Jefes de Estado de Centroamérica y República Dominicana, la Declaración final destaca con preocupación que en los últimos años la región ha debido enfrentar de manera recurrente situaciones de emergencia frente a desastres y diversos escenarios de riesgo, motivados por la variabilidad y el cambio climático. Por lo anterior, reafirman el compromiso de concluir, aprobar y aplicar a la brevedad la Estrategia Regional de Cambio Climático y desarrollar las diferentes políticas y planes centrados en la mitigación y adaptación, para enfrentar las amenazas del cambio climático. Se mandata al Consejo de Ministros de Ambiente la conclusión del proceso de formulación y consulta regional de la Estrategia Regional de Cambio Climático y su inmediata puesta en marcha, a efecto de contar para las negociaciones de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CoP 16), con una firme posición basada en acciones positivas de política pública en la materia.
Hoy en dia se cuenta a nivel región con Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo que su objetivo es “contribuir al desarrollo sostenible de la región centroamericana, fortaleciendo el régimen de cooperación e integración para la gestión ambiental”. A su vez se mantiene un Comité regional de recursos hidráulicos del Sistema de Integración Centroamericana que realiza estudios permanentes sobre la perspectiva regional del clima lo que permite a las autoridades de la región proyectar el comportamiento del clima y sus efectos en la agricultura y seguridad alimentaria.







Wilfredo Fernández

Bibliografía

Estado de la Región (2003). Segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá. En, http://www.estadonacion.or.cr/files/biblioteca_virtual/centroamerica/002/DH2003Cap5-region02.pdf

Córdoba, L. (2011), Cambio climático y Ganadería.  Congreso Centroamericano del Sector Lácteo y Feria del Queso 7 y 8 de diciembre de 2011, Costa Rica




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